Me paso el día "jugando"

Esta última semana me ha pasado algo que hacía bastante que no me ocurría y que pensaba que pocas veces más me iba a volver suceder, me he "enganchado" a un vídeojuego. Sí, hacía mucho desde la última vez, pero estos días, por circunstancias de la vida, he recaído.
No puedo negar el peso que el mundo de los videojuegos ha tenido sobre mi vida, he crecido con ellos, puedo presumir de haber jugado incluso a la primera generación de consolas, cuando apenas eran cintas de radio-casete que metíamos en una especie de teclado llamado Spectrum. Aún recuerdo aquellas máquinas de 8 bits como la NES (Nintendo Entertainment System) o la Master System, que supusieron la primera toma de contacto de unos jóvenes con una industria que en los siguientes años crearía nuevos estereotipos de héroes, como Super Mario Bros o los personajes de Street Fighter, lejos de los clásicos superhéroes ya existentes, en su mayoría procedentes del cómic de finales del siglo XX, y de los que, al igual que sus predecesores, llegaríamos a ver incluso películas. Lógico es, por tanto, que actualmente esta industria lúdica facture más que la propia "fábrica de sueños", a pesar de el cine no se ha cortado en generar "taquillazos" a costa de los guiones inicialmente imaginados para videojuegos o cómics.
Yo particularmente me enganché a ese mundo, por el ordenador, el "486" supuso un cambio de 180 grados en la forma de divertirme, en mi casa, tuvimos la suerte de disfrutar de uno cuando apenas casi nadie sabía lo que era, y cambió mi vida, dejé incluso de comprar cómics, por revistas especializadas como Micromanía, que por aquel entonces tenía un formato de página enorme; jamás lo olvidaré. A partir de esto, juegos como el Wolfestein3D o los Lemmings, me supusieron las primeras regañinas de mis padres por no sentarme a cenar a la hora, o por discutir con mis hermanos sobre a quién le tocaba jugar. Fueron mis primeras "viciadas" de horas y horas "enganchado" a simplemente superar niveles. Los videojuegos permitían dar rienda a suelta mi imaginación de una forma activa, en algunos casos me atrevería a decir que incluso educativa, al permitirme "jugar" con mundos, personajes y reglas que superaban con creces a mis cubos repletos de "clics" de Playmobil y muñecos GI.JOE; que mi hermano menor ni siquiera aprovechó, debido a su precoz descubrimiento del "ordenata".
De aquellos tiempos tenemos todos los juegos que ahora inundan los móviles de las nuevas generaciones de adolescentes, Tetris, Pang!... qué clásicos! Supongo que no se ha inventado nada más simple y adictivo; y así fué como nos engancharon a muchos, y yo, siempre había estado entre ellos. Mis consolas, PlayStation One, PS2 (PlayStation 2) posteriormente, PSP actualmente, además de alguna que otra tarjeta gráfica para mejor la capacidad recreativa del ordenador, dan fé de ello. Pero en mis últimos cursos de facultad, las salidas y el ritmo de vida más social, típico de esos años, relegaron los videojuegos a las tardes de algún fin de semana, en que nos juntabamos unos cuantos para aclarar nuestras diferencias a echando campeonatos de ISS PRO, juego indispensable para defender la hombría entre colegas. Perdió importancia en mi vida, o sea, ya nunca jugaba solo. Sí, dejé el juego, además empezaba a verlos complejos, largos, exigentes... y aunque eran sobradamente mejores, era consciente de que no disponía del tiempo necesario para poder disfrutar en serio de ninguno.
Pero... me hice un cuenta en el banco de mi primo, y me regalaron una PSP... y claro ya que la tenía... pues que menos que probar! previo crackeo obviamente, y a continuación... pues me bajé los juegos más novedosos del momento, rememoré clásicos, y practiqué en el imprescindible PRO..., aún así, continuaba sin tiempo, ni interés, hasta que me descargué un juego que unificaba uno de mis géneros favoritos, la estrategia, con otra de mis grandes pasiones de juventud, el rol, del que algún día también escribiré. Y esta última semana, me la he tirado dedicando cada momento que tenía de ocio exclusivamente al juego, lógicamente, ya esta acabado, pero me ha costado mis horas de sueño, jugando hasta las tantas, y tener menos tiempo para otras tareas que ocupaban casi toda mi dedicación como son el blog o leer el "periódico"... pero ha merecido la pena, e recuperado algo que me encantaba y que aún me divierte y atrae. Ahora... a por otro! es lo que tiene el juego... que engancha!

6 comentarios:

Pedro dijo...

Que grande la epoca del 486-Pentium I. Con esos grandes títulos que empezaron a revolucionar la inteligencia y gráficos. Alone in the Dark, Warcraft, ..., siempre claro esta en tus alrededor de 20 diskettes de 3'5 que habia que ir descomprimiento con el mega-comando arj. Y a rezar para que ninguno estuviera corrupto.

Joaki dijo...

Es cierto Pedro... ya no recordaba esas tardes volcando paquetes enteros de disquetes comprimidos con ARJ. Gloriosos años en que las aventuras gráficas de Lucas Arts, como el Monkey Island, nos tenían a todos enganchados... qué recuerdos de juventud!

Unknown dijo...

Yo no he sido mucho de viciarme a los juegos, pero cuando me pongo.... soy la mas adicta, jajaja.
Mi primera experiencia con los videojuegos fue con mi GAME GEAR.Para todos aquellos que no son de mi epoca les comento que fue una de las primeras consolas que creo SEGA y fue la tercera consola portatil en color de la historia.... todavía la conservo. No os podeis creer los vicios al SONIC que me marcaba.... dias y dias para pasarme el juego de ese pequeño erizo...INCREIBLE!!! Esa infancia en la que mi hermano me comparaba con VANESA, una loca de las mikinitas que salia en el programa del Gran Arus¿Os acordais de ella?.... Creo que todos nosotros tenemos un jugador dentro de nosotros... ahora a mi edad me sigo viciando, sobre todo en tiempos muertos del curro con el PANG, TETRIS, PUZZLE BUBBLE...COMO ME GUSTA!!
La verdad es que no veo nada malo en jugar y viciarse, sobre todo una vez que eres maduro y no sustituyes el juego por los quehaceres diarios... jugar siempre es bueno... pero JOAKIN no cuando estoy a tu lado o con los amigos hablando...!!!!!!jajajaja

Togusa dijo...

Madre mía, la micromania periodico. Que recuerdos. Sniff :.)

Unknown dijo...

Que recuerdos, alegra ver que has sido un jugón de los de antes, de los de juegos gráficamente pobrísimos pero que nunca serán igualados en diversión y jugabilidad.
A mi todos estos juegos (lemmings, wolfestein...) me pillaron un poco joven, pero los jugé! aunque no cuando salieron. EL primer juego al que me vicié de verdad y para mi el que mejor gusto me dejó fue el Duke Nukem. Que tiempos...
Pero las cosas cambian, nuestras costumbres, nuestras obligaciones, nuestro tiempo... por eso ahora no disfrutamos tanto de los juegos, bueno, por eso y porque ahora los hacen tan sumamente complicados que normalmente los jugamos durante un par de semanas y los dejamos a la mitad (se pueden contar con los dedos de la mano los juegos de últimas generaciones que me he acabado y he seguido con ganas de jugarlos otra vez).
En fin, felicidades por la entrada ya que descubro otra cosa que tenemos en común y cuidado con la PSP que te vas a quedar ciego!! (dicho con voz de madre)

Unknown dijo...

En fin que más que decir de inicio: ¡Qué maravillosos años¡. Yo si conocí el espectrum 486, de hecho aún lo conservo en casa con unos 2000 juegos en cintas debidamente organizadas(todo ello heredado de mi hermano el verdadero enganchado a este tipo de ocio jeje), y aún recuerdo la versión anterior de este producto que había que conectar a una grabadora de cintas, en fin... Pero luego el fútbol y las tareas de casa se cruzaron en mi camino y me hurtarton la posibilidad de desarrollar la destreza necesaria para engancharme a las consolas modernas, por lo que este es un tema del que carezco de la cultura necesaria. Aunque creo que algún día debere entrar por le aro y empezar... jejej