Buenos días, Federico

Llevo ya más de diez años despertándome todas las mañanas con la radio. En los primeros cursos de la carrera me levantaba con emisoras musicales y programas como el "Anda ya", pero el exceso de publicidad, lo repetitivo de las canciones, el formato juvenil del programa, además de su contenido "hueco", hicieron que me aburriese pronto de los mismos. Pero descubrí la COPE, y desde entonces ya sólo escucho una emisora, la COPE, y siempre la COPE. Por las mañanas, "La mañana", con Federico Jiménez Losantos, al mediodía "La palestra" con Nacho Villa, y por las tardes-noches, imprescindible antes de irme a dormir, "La Linterna" de César Vidal.
De la COPE me encanta su forma de entender el periodismo, el de la libertad y la crítica real. La manera de ver la sociedad, con la que sus presentadores y contertulios amenizan e informan, día tras día, fundamentada en una visión liberal y conservadora (todo sea dicho) de la misma, unido al alto contenido de análisis político, y sobre todo, a la ausencia absoluta de complejos en defender sus ideales a pesar de saber que son una radio denostada, por cualquiera que lee o escuche cualquier otro medio de comunicación, sea de derechas o de izquierdas, hacen de la COPE un bastión de la libertad de expresión, que yo apoyo y considero indispensable. Por otro lado, esta "El Mundo", cuyo director Pedro J. Ramírez ha visto un gran negocio, como suele ser habitual en él, en ser el único en decantarse por un apoyo público a esta emisora y sus ideas.
Pero, quién es "el alma" de la COPE? Pues Federico. Losantos es el mayor ejemplo de periodista inteligente, culto y con ideales; él tiene su forma de ver la actualidad y todos los días gracias a su programa, con más de un millón y medio de oyentes diarios, trasmite su opinión a través de una ironía y sarcasmo inusuales en una sociedad que necesita todo "machacado" y "masticadito" para apenas comprender algo. Es un líder de opinión, alguien que será siempre odiado, al que se desea el mayor tiempo callado debido a que no hace más que incomodar al poder, y que da voz a una parte de este país que se siente incomprendida, y abandonada a su suerte, en la España del "pensamiento único", la España "progre".
Sólo me queda decir, que necesito la COPE, que sin ella yo no sería el mismo, y que siempre la recordaré como la emisora de mi "despertar intelectual", aunque suene pedante, ya que gracias a ella y sus contertulios, empecé a tener MI opinión de la realidad.

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